martes, 8 de noviembre de 2011

Microrrelato no.1

Se levantó y viendo que estaba lleno de ganas pero falto de tiempo y de portátil para escribir tranquilamente a cualquier hora decidió escribir un microrrelato.

Fin.


sábado, 8 de octubre de 2011

Valerie, Amy Winehouse




 Valerie, original de The Zutons, una de mis canciones favoritas. La primera vez la escuché (duele decirlo abiertamente) en Glee, que hay que reconocer que me ha permitido conocer un montón de bandas y artistas que creo que no les habría prestado atención de otra manera. Pues después de ver Glee me descargué toda la discografía de The Zutons. Muy buena banda inglesa. Tras la muerte de Amy Winehouse me enteré (un poco tarde) de que ella había hecho este cover y me parece fantástico. Una pena que se haya ido con solo dos álbumes con su extraordinaria voz. En realidad espero con ansias ese posible álbum póstumo Disfrútenlo

miércoles, 5 de octubre de 2011

Lo que se ve un día cualquiera

Hoy fui testigo de una de las cosas más tiernas que recuerdo. Aunque no llega al nivel de ver a mis 7 hermanos recién nacidos en los brazos de mi madre esto está bastante cerca. Fueron solo diez minutos que realmente me conmovieron a mí y a cualquiera que haya puesto algo de atención a lo que pasaba a su alrededor.

Se subió al bus un chico, al que le calculé unos 30 años, con Síndrome de Down. Venía acompañado por su madre, una señora delgada, cabello canoso bien recogido, ni un pelo fuera de lugar. Impresionaba su cara cuarteada por arrugas de esas que salen por dejarse la vida por esa persona que tanto amas, pero unos ojos que emanaban felicidad, curiosamente esculpidos por la misma razón.

Frente a mi habían dos asientos libres. Él ocupó uno y su madre lo acompañaba de pie a un lado, a pesar de que había un asiento libre. Él le ofrece el asiento pero ella, no sé por qué, no aceptaba. Insiste varias veces, como queriendo tenerla aun más cerca y al final ella toma el asiento. Entonces él ve una  basurita, mancha o talvez era solo maquillaje, alrededor de los ojos de su madre y con pulso de cirujano se propone a limpiarla. Ella levanta el mentón y sonríe mientras él con un pulgar que presiona pero de movimientos lentos pasa debajo de esos ojos que lo conocen perfectamente. Primero el derecho y luego el izquierdo. A mí estos me parecieron minutos eternos. Ella le decía "cuidado" con una frecuencia constante y él repetía, haciendo que ella sonriera. Esa sonrisa, aunque remarcaba aun más sus arrugas, le daba una luz indescriptible.

Luego vino una conversación de la que no pude enterarme completamente pero de la que escuché muchos "te quiero" y en la que hablaron de lo que comerían hoy. Entonces llegamos a su parada y se fueron de la mano. Nunca sabré ni sus nombres ni quiénes son, pero en poco tiempo me han dejado ser testigo de un gran amor. Y yo con eso estoy satisfecho.

Yo no soy un ferviente antiabortista y no creo tener las agallas para prohibirle, aunque tampoco para recomendarle, a una mujer violada el aborto. Pero cuando se trata del aborto por enfermedad o malformación del feto sí que lo tengo claro. Este nuevo nazismo sin nombre, donde se busca eliminar a los que son diferentes antes de que lleguen al mundo me parece asqueroso. Después de haber visto como una madre y su hijo pueden ser felices a pesar de las duras circunstancias en las que viven estoy más convencido del crimen que supone abortar a un mal llamado "feto enfermo".

viernes, 30 de septiembre de 2011

Mi Momento

Lo confieso. Soy una persona muy rara. Pero esto me lo digo a mi mismo siempre. Pero ¿qué pasa si todos los raros son como yo y no lo decimos a los cuatro vientos y en verdad resulta que somos los normales? Pues empiezo confesándome yo. Una de mis "rarezas" es querer disfrutar del trayecto del bus SOLO, idas y vueltas. Escribiendo algo, repasando alguna lección o (my favorite) con música en el iPod, tal vez mala a veces, pero siempre analizándola y pensando en lo que quiere transmitir, en sus recursos o falta de recursos y casi siempre aprendiéndome la letra de las canciones que más me gustan. Solo Dios sabe cuánto me gusta cantar no solo en la ducha, que lo hago, sino todo el día, tanto que la gente ha llegado a preguntarme porque tarareo todo el tiempo. Creo que en estos 4 años he de haber aprendido más de 200 canciones solo en el bus camino a la universidad. Entiendo que viviendo en un colegio mayor, con la cantidad de gente que cogíamos el bus en la misma parada, me era muy difícil disfrutar de este momento, aunque en general lo lograba, pero ahora en un piso pensaba que me sería mucho más fácil. Mentira. Así que para evitar preguntas decidí que tenía que explicar a los que viven conmigo de mi extraño gusto. El por qué siempre me separaba y me sentaba solo. No lo entendieron. Alguno hasta me llamó egoísta. ¿Es que ese momento mínimo de mi día, en el que me gusta disfrutar solo de mis pensamientos, no puede ser mío? Casi todo el resto del día lo puedo pasar perfectamente con cualquiera, pero el bus es sagrado.

 Supongo que a mucha gente le gusta estar rodeada de personas en un grado normal pero a otras les debe aterrorizar el encontrarse un minuto solo. Yo alguna vez sufrí de esto. Pero llega un punto en el que uno debe no solo vencer el miedo a la soledad sino que debe aprender a disfrutar esos momentos de silencio con uno mismo. Esta es una de las razones por las que dejé mi Blackberry. No necesito un 24/7 de hablar con otro si me tengo a mí. A veces tu mismo te puedes hacer una conversación mental interesante, una discusión defendiendo diferentes puntos de vista a la vez, puedes ver pasar a personas que no conoces de nada e inventarte sus historias. Hasta puedes descubrir que tienes una mínima habilidad para la escritura. Hay tantas cosas que se pueden aprender de uno mismo cuando haces el esfuerzo de acercarte a ti mismo.

martes, 27 de septiembre de 2011

Muppets: The Green Album



Y para que nadie crea que aquí solo habrá literatura (sobre la buena en la primera entrada y de la mala de autoría propia en la segunda) ahora unas líneas sobre música. Pensando sobre que álbum escribir se me vino a la cabeza lo nuevo de Blink 182, lanzado al mercado hoy 27 de septiembre pero que yo tengo, ilegalmente he de reconocer, desde hace una semana. Descarté Neighborhoods no porque no tenga ganas de escribir sobre este Cd sino porque quiero que la primera entrada musical del blog sea positiva. Y entonces decidí escribir sobre Muppets: The Green Album, un hallazgo musical que verdaderamente me sorprendió. No se si favoreció o no el que yo nunca haya visto ni un solo episodio de The Muppet Show pero este disco merece la pena ser escuchado. Ha tenido muy poca promoción, seguramente porque ahora Disney está preocupado por vender la película antes que esto.

Muppets: The Green Album nos trae canciones míticas de los Muppets pero esta vez no cantadas por Kermit The Frog, ni Miss Piggy ni Gonzo sino interpretadas por relevantes artistas actuales. Como soy un prejuicioso y no me lo puedo quitar de encima,  mi primer pensamiento cuando me enteré de este disco fue que sería una recopilación de canciones infantiles imposibles de aguantar. Nada más alejado de la realidad. Las canciones son muy buenas y en general llevan consigo un buen mensaje. Supongo que es una muy buena selección de canciones ya que disfruto de todas y no siento ninguna necesidad de saltarme ninguna.

La primera canción es The Muppet Show Theme. OK Go colaboró no solo interpretándola si no también en el video en lo que yo creo puede ser lo mejor de la cultura pop para este año. El video es bastante entretenido y hace un recorrido por los hiperconocidos y venerados videos de OK Go pero ahora con los Muppets incluidos.

Sorprende escuchar a un The Fray infinitamente más relajado que nunca con su versión de Mahna Mahna. Y con las ganas que tengo yo desde 2006 de escuchar a uno de mis grupos favoritos, Evanescence, este Cd me bendice con el cover de Halfway Down The Stairs de Amy Lee, la vocalista de Evanescence. El cover de Rainbow Connection está a cargo de Weezer y Hayley Williams (vocalista de Paramore. Muy buena voz que personalmente amo cuando canta tranquila como en The Only Exception y detesto cuando se hace la rockerita). Me gustó también Wishing Song de The Airborne Toxic Event, grupo que descubrí gracias a @AlvaroMagnanimo hace casi un año y que desde entonces sigo fielmente.

Todas las canciones son buenas, pero sin duda para mi la que se lleva el premio es Bein' Green, interpretada por Andrew Bird. Un cover muy bien hecho que te lleva del pesimismo al optimismo en tan solo 4 minutos.

Hay que decir que  en The Green Album los artistas no solo se han dedicado a copiar cada canción para que suene igual a la original, si no que cada uno le pone su propio estilo y si se conoce al artista uno puede reconocer fácilmente que elementos musicales son suyos y cuales son de la versión original. Además este álbum me ha permitido conocer a Rachael Yamagata, Andrew Bird, Matt Nathanson y The Alkaline Trio, buenos músicos que hasta ahora eran desconocidos para mí pero que ya estoy empezando a conocer y a disfrutar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Relaciones Peligrosas

No puedo negarlo. Me encantan y siendo honestos: ¿a quién no? Por lo general las buscamos en aquellos lugares de nombre tan feo hechos para ellas. Se montan encima nuestro, terminamos y las dejamos junto a tantas otras, olvidadas hasta la próxima vez que necesitemos usarlas. Para comprar una nueva las vemos como si fueran solo un saco de carne y huesos en un escaparate hasta que nos decidimos por una (a veces dos; todo depende de gustos) y nos la llevamos a casa. Tal es mi colección que no dudo en separarlas por colores, calidad y precio, aunque su nacionalidad ni olores ni sabores son muy importantes. Las separamos no por racistas si no más bien porque nos preocupamos por ellas y  no queremos que terminen haciéndose daño las unas a las otras. Unas requieren mayor cuidado y otras menor, pero nos esforzamos por tratarlas bien a todas. Ellas también nos usan para lucirse por la calle aunque se hagan las muy santas y aunque después de usarnos mutuamente podríamos ducharnos juntos nunca lo hacemos. No conozco el por qué, tal vez es la sociedad la que nos lo prohibe. Asi que cada uno se limpia por separado las sustancias que la larga faena emprendida ha impregnado en ese intercambio divino-terrenal. Y asi pasan los días. Usándolas de vez en cuando y tirándolas al tacho del olvido hasta la próxima vez. Ellas ya están tan hechas a esta vida que no sienten ni dolor ni placer. Solo es un estar.

Me cuesta aceptarlo, pero esta es mi relación con mis camisas.

Del nombre

Finalmente, después de participar en el blog de Mr. Pink durante el Festival de Cine de San Sebastián, he empezado mi blog. Por mi entrañable indecisión me costó muchísimo configurar los colores, tema, fondo y sobre todo el nombre. Pero una vez que se me ocurrió este último no tuve necesidad de seguir buscando.

Se me vino a la cabeza este nombre cuando pensaba en las cosas que más me gustan. Y sin duda el libro que comienza con las siguientes brillantes líneas es de aquellas cosas por las que siento una obligación de disfrutar de vez en cuando. De esas cosas que te recuerdan que el mundo no es un lugar tan malo después de todo.

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo"

Y es este párrafo el que nos abre un mundo sin igual donde se funde fantasía y realidad haciendo que los eventos más inverosímiles se vean con total naturalidad. La historia de los Buendía intrínsecamente ligada a la historia de Macondo, que es al final la historia de cualquier pueblo, ciudad, país e incluso la historia de cualquiera de nosotros. Una historia con un inicio y un final.

A mi padre debo agradecer muchas cosas y entre ellas está esa mañana inolvidable en la que me dejaba en el colegio, yo con 14 años y en segundo curso. Él, en su afán tal vez de que mi conocimiento literario no se quedara en el simple (pero, lo confieso, muy arraigado en mí) Harry Potter, me recomienda Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez, y descubre para mi esa Latinoamérica mágica que existe más allá de sus dictaduras militares, políticos corruptos, mesías salvadores, FARC y sueños de visa. . Un libro tal vez un poco pesado para mis 14 primaveras pero al que gracias a Dios y a Remedios la Bella no le cogí fastidio sino todo lo contrario. En gran parte creo que mi amor a esta obra de arte debe existir por ver reflejados en Macondo varios pueblos de Ecuador que he conocido en los largos recorridos que he hecho por esa infinita tierra.

Ojalá que lo que escriba en este blog sea lo que se me venga a la cabeza cuando esté frente a ese pelotón de fusilamiento del que todos seremos víctimas, sin importar si somos los vencedores o los vencidos de esta guerra llamada Vida.