Valerie, original de The Zutons, una de mis canciones favoritas. La primera vez la escuché (duele decirlo abiertamente) en Glee, que hay que reconocer que me ha permitido conocer un montón de bandas y artistas que creo que no les habría prestado atención de otra manera. Pues después de ver Glee me descargué toda la discografía de The Zutons. Muy buena banda inglesa. Tras la muerte de Amy Winehouse me enteré (un poco tarde) de que ella había hecho este cover y me parece fantástico. Una pena que se haya ido con solo dos álbumes con su extraordinaria voz. En realidad espero con ansias ese posible álbum póstumo Disfrútenlo
Escribiré de todo lo que me interese y ni yo no me prestaría demasiada atención
sábado, 8 de octubre de 2011
miércoles, 5 de octubre de 2011
Lo que se ve un día cualquiera
Hoy fui testigo de una de las cosas más tiernas
que recuerdo. Aunque no llega al nivel de ver a mis 7 hermanos recién nacidos
en los brazos de mi madre esto está bastante cerca. Fueron solo diez minutos
que realmente me conmovieron a mí y a cualquiera que haya puesto algo de
atención a lo que pasaba a su alrededor.
Se subió al bus un chico, al que le calculé unos
30 años, con Síndrome de Down. Venía acompañado por su madre, una señora
delgada, cabello canoso bien recogido, ni un pelo fuera de lugar. Impresionaba
su cara cuarteada por arrugas de esas que salen por dejarse la vida por esa
persona que tanto amas, pero unos ojos que emanaban felicidad, curiosamente
esculpidos por la misma razón.
Frente a mi habían dos asientos libres. Él ocupó
uno y su madre lo acompañaba de pie a un lado, a pesar de que había un asiento
libre. Él le ofrece el asiento pero ella, no sé por qué, no aceptaba. Insiste
varias veces, como queriendo tenerla aun más cerca y al final ella toma el
asiento. Entonces él ve una basurita, mancha o talvez era solo maquillaje,
alrededor de los ojos de su madre y con pulso de cirujano se propone a
limpiarla. Ella levanta el mentón y sonríe mientras él con un pulgar que
presiona pero de movimientos lentos pasa debajo de esos ojos que lo conocen
perfectamente. Primero el derecho y luego el izquierdo. A mí estos me
parecieron minutos eternos. Ella le decía "cuidado" con una
frecuencia constante y él repetía, haciendo que ella sonriera. Esa sonrisa,
aunque remarcaba aun más sus arrugas, le daba una luz indescriptible.
Luego vino una conversación de la que no pude
enterarme completamente pero de la que escuché muchos "te quiero" y
en la que hablaron de lo que comerían hoy. Entonces llegamos a su parada y se
fueron de la mano. Nunca sabré ni sus nombres ni quiénes son, pero en poco
tiempo me han dejado ser testigo de un gran amor. Y yo con eso estoy
satisfecho.
Yo no soy un ferviente antiabortista y no creo
tener las agallas para prohibirle, aunque tampoco para recomendarle, a una
mujer violada el aborto. Pero cuando se trata del aborto por enfermedad o
malformación del feto sí que lo tengo claro. Este nuevo nazismo sin nombre,
donde se busca eliminar a los que son diferentes antes de que lleguen al mundo
me parece asqueroso. Después de haber visto como una madre y su hijo pueden ser
felices a pesar de las duras circunstancias en las que viven estoy más
convencido del crimen que supone abortar a un mal llamado "feto
enfermo".
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